Umraw no tiene hoy muchas ganas de ir a trabajar. Hemos llegado a Wan y nada parece tan facil como nos lo habia contado nuestro amigo Ashok hace apenas dos dias mientras comiamos deliciosos Malai Koftas en su restaurante de Nainital. Fue una suerte encontrar a Ashok. Cuando ya habiamos empezado a perder la esperanza de encontrar un club de montaña o una tienda donde poder alquilar unas mochilas y unas botas (ni soñando alquilar crampones y piolet, pero quien los necesita en el himalaya?), alguien nos hablo de Ashok y su restaurante. Alli fuimos a jugarnos el todo por todo y mientras cobraba 2 palak paneer y 3 butter nang, nos dijo que pidieramos por esa boquita lo que queriamos. Ese indio con aspecto de Mojino Escocio no tuvo problemas para conseguirnos mochilas, botas, sacos, tienda... y lo que es mejor, nos regalo un gran conocimiento de los trekkings que se podian hacer por la zona. El nos recomendo el mejor, el que a el mas le gustaba, una excursion circular pasando tan cerca del Trishul que casi lo podias tocar con la mano, con lugares tan pintorecos como Roopkund, un pequeño lago a 5000 m de altura donde se acumulan cientos de esqueletos que quedaron atrapados en las nieves perpetuas tras una tormenta de granizo alla por el siglo XII, aunque si quieres puedes dejar volar tu imaginacion con las multiples leyendas que hay... (http://en.wikipedia.org/wiki/Roopkund )
Pero en Wan es diferente, ahora nos enfrentabamos a los problemas de no llevar un guia. En este pueblecito perdido en medio de las Himalayas no se habla mucho ingles. No nos queda claro si hay o no hay mulas, si si que hay pero llegan mañana, si es muy tarde para salir y mejor que nos quedemos a dormir en Wan, si Umraw ha quedado esta tarde para echar la partida de guiñote y no quiere ir de mulero con los Superpedaletos... Pero no hemos pasado casi dos dias de mareos metidos los ocho en un pequeño todoterreno por una carretera que hace que las curvas de Yesa parezcan una recta interminable. Tras unas largas e intensas negociaciones por las que fuimos pasando todos los miembros de la expedición conseguimos que nos traigan una mula y un caballo. Umraw y Madho, con sus zapatos mocasines y cuatro palabras en ingles, nos acompañan de muleros. Es la primera vez que van con un grupo de guiris y sus habilidades como muleros no parecen muchas.
El camino muy pronto se pone vertical, que para algo estamos en el himalaya, andamos por frondosos bosques, cruzamos rios recien nacidos en los cercanos glaciares, observamos quebrantahuesos surcando el cielo, contemplamos pequeños altares donde los hindues ofrecen oraciones a cuyas casas estan muy cerca de aqui. Los dioses habitan en las escarpadas cumbres nevadas, alli donde ningun mortal pueda ir a incordiarlos con su presencia. Nosotros nos conformamos con llamar al portal y admirar sus casas desde el patio de vecinos. Su enormidad nos abruma, la nieve trata de agarrase con toda su fuerza a sus laderas con equilibrios imposibles en la vertical. Esta residencia de los dioses se deja ver con todo su esplendor muy temprano por la mañana, cuando las brumas y la humedad del aire todavia no dan al cielo el color blanquecino que durará hasta el atardecer.
Tras dos dias caminando hemos llegado a Bendi Bugal. Desde aqui debemos continuar sin las mulas. No hay mucha nieve, pero como comprobaremos al dia siguiente la suficiente para hacer imposible el paso de las mulas. Las predicciones que nos habian hecho los habitantes de Wan se han ido cumpliendo escrupulosamente y se nos hace evidente que no vamos a poder hacer el trekking circular. A ello se une la flojera de esfinter de Angel que le ha mantenido despierto toda la noche y que ahora se encuentra demasiado debil para continuar. Decidimos ir en el dia hasta Baguabasa para contemplar mas de cerca la montaña sagrada de Trishul. Hay mas nieve de la que creiamos y Umraw va de aqui para alla caminando con sus zapatitos por la nieve para ayudarnos a cruzar estas laderas nevadas. Despues de estos dias hemos cogido cariño a Umraw, ese chico timido con su mirada del Dioni, que siempre esta atento a que vayamos bien y nadie tenga problemas. El collado de Baguabasa esta lleno de nieve. Clavados en la nieve se yergen hacia el cielo varios tridentes. El tridente o trishul es simbolo del dios Shiva y simboliza las tres funciones de la triada: la creacion, el mantenimiento y la destruccion, de las que se encarga Mr. Shiva. La montaña de Trishul tiene tres cimas ¿no es sorprendente?
A 4800 m de altura el oxigeno escasesa y todos los notamos en nuestras cabezas. Continuar hasta Roopkund sin crampones es imposible, asi que decidimos dar media vuelta y bajar a nuestro campamento desde donde veremos como la luz roja del atardecer enciende estas montañas, montañas que aqui son las catedrales del Hinduismo.