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Thursday, 15 May 2008

DIA 195 - Superpedaletos por el mundo


Amaya da asiera (el final es el principio)


Todo empezo una semana santa alla por el año 97 cuando unos amigos de CAIN me invitaron a ir a una excursión que organizaba Ecologistas en Acción por el rio Matarraña, el lema ¡Por un rio vivo! Con una bicicleta prestada, la mochila de cuando iba a campamentos y un pulpo de dos metros, descubri los placeres de viajar en bicicleta, sintiendo el sol calentando mi piel, la lluvia mojando mi cara, el viento soplando entre las ruedas... sintiendo la libertad en las ruedas en cada pedalada. A aquella excursión le siguieron muchas otras, con el Pedalea, con amigos, fines de semana, vacaciones... poco a poco iba descubriendo el Superpedaleto que todos llevamos dentro.
Un dia Gabi me dijo que su tio le había regalado un libro de un tipo, un tal Miguel, que había pedaleado "De la Alcarría al Himalaya". Al tiempo conoceriamos a Miguel y Natalia cuando vinieron a contarnos otro viaje en bici, de San Francisco a Usuahia, a unas jornadas de viajes por el mundo en bici que organizo Gabi. Junto a otros cicloviajeros nos contaron viajes y aventuras que me pusieron los dientes tan largos que al llegar a casa raye el suelo.
Se había metido el gusanillo del viaje, sobre todo despues de leer "De la Alcarría al Himalaya" (ya he conocido a tres personas que han salido de España hacia oriente despues de haber leido ese libro), pero me parecia una tarea de superheroe... Un dia mis padres me contaron que yo habia aparecido cuando era un bebe en el huerto de Monzalbarba tras una colision de una bici voladora con la tierra. Ese dia descubri que era un Superpedaleto, solo habia que esperar el momento para ponerse la capa y volver a volar con la bicicleta. Y ese momento llego cuando Angel me conto que tambien era Superpedaleto y que habia aterrizado en Pinseque en otra bici voladora.
El desde Australia y yo desde Estados Unidos saltamos a Indonesia y lo demas... esta escrito en el blog.
Durante el viaje nos dimos cuenta de que no estamos solos, que el mundo esta lleno de Superpedaletos y que todos podemos serlo, el secreto esta en una buena bicicleta con alas. Rose se unio primero, luego William y al final Marianne. Aitor tampoco pudo resistir la tentación, aunque fuese por unos dias, de probar que se sentia siendo Superpedaleto.
Como escribiera R.Kipling, "...los ojos del hombre nunca están contentos, son siempre insaciables...", eso es lo que mueve a las personas a viajar; la curiosidad por conocer nuevas cosas, la intriga de descubrir que habrá despues de la siguiente curva, esa es la energía que impulsa las bicicletas a rodar por el mundo.
Este es el final de viaje para algunos Superpedaletos. Rose se va a inventariar plantas a los bosques de Nevada, William con el kayak y su familia por la costa de Maine, Aitor a Luxemburgo donde seguira luchando contra los supervillanos y Diego en Zaragoza, a la fresca por los montes de Zuera. Pero aunque este viaje termina no dejaremos de mirar mapas, imaginando nuevas rutas, escudriñando valles y montañas, soñando con volver a volar en bicicleta... porque al igual que le pasa a Benedetti con las mujeres, a mi me importa un pito si mi bici tiene un buje shimano deore LX o un buje chino, si el sillin es Brooks o del Lidl, pero eso si, y en esto soy irreductible, lo que no les perdono bajo ningun pretexto es que no sepan volar, gracias a las bicicletas con alas...

"La bicicleta con alas"
La bicicleta un día va a volar.
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y de cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco
Eso se verá.

Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira como el lirio de los campos.
No pienses mal.

Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.

Tan pronto los hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos volará.
La que duerme en la puerta de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina,
volará.
La mía y -la tuya-
volará.
Por arriba del humo y los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:

Libertad.

El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo

para mirar.
Flores que nunca vimos
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
ay!

Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.
Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De alli alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
irán donde lo hayan y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.

Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres

ganen la paz.

Poema de José Pedroni

Wednesday, 14 May 2008

DIA 189-194 - El culebron de los Mughal

New Delhi + Agra

La nueva Delhi, construida por los britanicos en 1929 (pocos años antes de que India ganara la independencia), todavia emana la grandiosiosidad y ambicion del Imperio Britanico por sus grandes avenidas arboladas, sus imponentes edificios imperiales, sus grandes plazas con sus porches.


La vieja Delhi, que ha visto ya otras muchas "Viejas Delhis", guarda el amor de los Mughal por la exquisita arquitectura. Shah Jahan, uno de los ultimos emperadores Mughal, empezo a construirla en 1639 pero nunca a llego a gorbenar desde alli ya que su hijo Aurangzeb, aprovechando que Jahan estaba enfermo, lo arresto y lo metio a la carcel. Fue Aurangzeb, que adopto el titulo de Alamgir I (conquistador del universo), el primero y el ultimo en gobernar desde el "Fuerte Rojo".




Pero entre los Mughal no hubo solo amor por la arquitectura hubo tambien arquitectura por amor. Un primer ejemplo es la tumba de Humayun, construida por su mujer al quedarse viuda y que sirviria de inspiracionpara el Taj Mahal, la guinda de la arquitectura de los Mughal y cuya magia todavia no ha dejado a nadie sin cautivar.


Tumba de Humayun


El Taj Mahal (1643) fue construido tambien por Shah Jahan para albergar a Mumtaz, su amada y difunta esposa que partio cuando daba a luz a su decimo cuarto hijo, dejando al emperador completamente abatido. Cuenta la leyenda que nunca logro recuperarse, que su pelo se volvio blanco de un dia para otro, que nunco pudo volver a disfrutar del sexo con ninguna de sus otras tres esposas. Semejante derroche de dinero puede parecer excesivo para albergar tan solo un cuerpo inerte, pero que no se puede hacer por amor?

Baby Taj



Taj Mahal

Jama Masjid



Thursday, 8 May 2008

DIA 188 - El gran y sagrado Ganga

Dhampur - Rishikesh Dd = 137.4 Km Dt = 7833 Km


Wednesday, 7 May 2008

DIA 187- Ganesh Smiled

Ramnagar - Dhampur Dd = 98.8 Km Dt = 7696 Km



Tuesday, 6 May 2008

DIA 186 - Asian Paradise Fly Catcher (Corbett Safari)

Corbett Tiguer Reserve


Estaba en un rincón, tumbado. En el calor del mediodía. El suelo, en ese punto de la llanura del Ganges, quemaba como el fondo de una sartén y bullía de insectos a medio asar, crujientes. Yo tenía el privilegio de no pisarlo. Andaba por mí un elefante amable y lento. Perforaba la selva como un panzer. Montar en elefante es parecido a navegar. Incluso hay quien se marea.

Un privilegiado, sí, pero había batallado para estar allí. Días antes me habían prometido que había elefantes disponibles en otro rincón de los 1300 km2 de parque. Era falso. Me enteré después de pasar allí la noche. Sólo quedaba un punto donde probar, a menos de media hora en jeep de donde estábamos, pero en un buen ejemplo de burocracia india, no era posible consultarlo por radio. Había que recorrer dos horas y media de pistas hasta la salida, pedir un nuevo permiso de entrada y regresar. Allí debía dormir y tratar de hacer el safari en elefante por la mañana. Tenía derecho a pagar, eso sí, de nuevo el canon de entrada, el coche, el sueldo del guía… y, claro, nadie me aseguraba nada.

En la oficina del parque me puse a protestar. He sido abogado, sé como ser un auténtico tocapelotas. Además, tenía razón. Con buenas maneras, les dije que eran unos subnormales. Ahora me arrepiento de algunas cosas. Pero funcionó. Un chupatintas me llevó ante el Señor encargado y este ante su Excelencia el supervisor. Su Excelencia era muy ayudador. Mis razones le parecieron de lo más convincente. En la India de las multinacionales no era de recibo no saber si hay elefantes, que son bichos aparentes, a cuarenta kilómetros de uno. Me trató de convencer que el elefante es cosa del pasado. Mejor un safari en jeep. Es más cómodo y se ven animales. Hasta tigres, si hay mucha suerte. En elefante no se ve un carajo. Y además uno se marea. Pero yo erre que erre. Con buenos modos, esos sí. Su Excelencia se cuadra, suspira. Me dice que va a arreglarlo. Hace dos llamadas. Grita, se sulfura (trabajo con ineptos, me dice, y yo pienso, pobre Excelencia, lo que tiene que sufrir) Me siento, espero. Me dice que lo ha arreglado. Sólo tendré que pagar tres mil rupias más. Le enseño ligeramente el pulgar y simplemente con eso comprende que estoy calibrando en qué orificio de su cuerpo encajarlo. Es un tipo listo y servicial. Hace más llamadas. Ya está. Ha encontrado el sistema. Podré montar en elefante hoy mismo, sin tener que volver a dormir, sin pagar nada más (que las trescientas rupias que cobra el paquidermo) Para eso sólo tendré que hacer unos kilómetros en la moto de un primo, montarme en un jeep de un tipo que no conozco, esperar dos horas debajo de una ceiba aislada y subirme en otro jeep. Vamos, casi nada, minucias para un lugar así. Pero yo no me fío. Su Excelencia jura, ríe y promete. Yo aunque le río las gracias le voy enseñando de nuevo, por si no lo tiene claro, mi pulgar. Pero está a años luz de mí en asuntos burocráticos. Quema su último cartucho. Me dice, vamos a ver a Su Majestad. Y era cierto. Unos metros de pasillo, ujieres cuadrándose y estaba frente a Su Majestad el Director del Parque, con su pelo teñido de rojo, su bigotazo, su mapa de India tras él, su ventilador en el techo, su escribano casi de rodillas, su escupidera de latón a los pies. Silencio sepulcral. El escribano está leyendo una carta. Su Majestad escupe. Me ignora. Pero su excelencia aprovecha un resquicio y en un momento se cuela entre dos frases del escribano. Le susurra mi historia. Su Majestad me examina y vuelve a escupir. Entonces toma una nota en blanco y garrapatea unas líneas que firma. Nos echa con la mano ¡y con qué porte! sin decir una palabra. Ahora no tendrás más dudas, ¿no? Todo está arreglado. Y yo, de alguna forma, lo tengo claro. Porque en esas líneas en Indi no puede haber escrito nada maligno. Ninguna orden para que me saquen los riñones y los vendan. Sólo un pasaporte claro de Su Majestad al elephant safari.

Lo cierto es que esa firma ejerce un efecto demoledor sobre quien la ve. Lo medito en mis dos horas bajo la ceiba. Y luego, en casi nada, estoy sobre el elefante, en ese parque inmenso que atraviesa como un panzer.

Y él también está allí. Ninguno de los dos sabíamos que teníamos esa cita. Pero lo veo de pronto. Se lo digo al mahdi. Lo susurro. Se gira, enseguida lo ve… Está en un rincón tumbado, con medio cuerpo en una charca, en lo más profundo del bosque. Doscientos kilos de fuerza descomunal y una belleza sobrecogedora. Es como mirar al fuego. Podrías hacerlo durante horas. Y es cierto que tiene algo de elemento, de fuego, de llama. Es difícil explicarlo. Al verlo me doy cuenta de algunas cosas, quizá porque está allí, tan cerca. Comprendo ese miedo primitivo y animal a la bestia y ese deseo de divinizarlo. Tengo ante mí a una deidad. Nadie puede dudarlo, como nadie que haya visto a cincuenta metros caer un relámpago puede dudar del dios de los rayos. Es parecido, igual de misterioso, igual de temible y lejano. También comprendo que viéndolo, acabo de aprender algo de mí. Un secreto ancestral. Antes era menos persona que después de verlo. Pasa el tiempo. El tigre de bengala no nos tiene ningún miedo. Es natural que se lo tengamos nosotros. Nos acabamos yendo. El mahdi, durante la vuelta, ríe como un niño. Sólo quedan mil quinientos tigres como este en el mundo. Es muy difícil ver a uno de ellos y más sobre un elefante. Tengo mucha suerte.

Me he acordado hoy de todo. Ha sido al escuchar, por milésima vez sólo este año, que el hombre se compone en un 75 % de agua, os ahorraré el contexto. De repente he entendido que también se compone de que aún existan mil quinientos tigres libres en el mundo. Si no estuvieran, ¿qué seríamos? Tal vez pronto lo sepamos.

Monday, 5 May 2008

DIA 185 - Bajando al horno de tandoori

Nainital-Ramnagar-Sikula Dd = 68.5 Km Dt = 7597 Km

Despues de diez disfrutando de las vistas de los himalayas, de su frescor yde la ausencia de mosquitos llego el momento de saltar sobre las burras, dejarse caer cuesta abajo y darse una bofetada con el axfisiante calor de la planicie india premonzonica.

Aitor, que de pequeño siempre quiso ser Superpedaleto, no pudo resistir a la tentacion y cogio prestada a "Silver Arrow" para cabalgar junto a nosotros durante unos dias.

Friday, 2 May 2008

DIA 183-184 - Confesiones de un Sikh

Nainital

Es nuestra ultima velada con Antonio y Mamen asi que nos hemos surtido bien de cervezas y ron y nos hemos acomodado en el suelo de la terraza del hotel. Un silbato lanza un profundo y largo grito que desgarra la noche e interrumpe nuestras conversaciones. Que demonios significara ese silbato que se repite una y otra vez cada noche?

Un joven indio cliente del hotel se acerca a pedirnos fuego para encender algo con aspecto de cigarro. No se muy bien como pero de repente nuestro nuevo amigo, con la lengua un poco atrancada, nos esta contando que su religion no le permite tomar ni alcohol ni ningun tipo de drogas pero que los "Sadhus" (hinduistas que llevan una vida ascetica con el objetivo de alcanzar el Nirvana) se van a los montes a meditar bien cargados de marijuana aprenden, ven y hablan con los dioses, adquiriendo un gran conocimiento que guardan para si mismos y que no comparten. Asi que el no fuma como los adolescentes para divertirse sin mas, si no para enriquecerse espiritualmente.

La religion de Raj, nuestro nuevo amigo, es el sijismo (o sikhismo). Una religion nacida en el siglo XV con la idea de juntar lo mejor del hinduismo y del islam y, probablemente, como un intento por poner algo de paz entre hinduistas y musulmanes en una epoca en la que su unica preocupacion parecia ser aniquilarse unos a otros. Los sijs (o sikhs), no aceptan el sistema de castas del hinduismo, asi que accede a sentarse con nosotros en el suelo, algo que solo harian los Sudhras, hinduistas de la casta mas baja de toda, conocidos tambien como los intocables.

Raj esta estudiando ingenieria en la universidad de Nueva Delhi, donde ha conocido a muchas chicas e incluso alguna se ha interesado por el, pero el las ha rechazado a todas al igual que ha hecho con las pretendientas que sus padres le han encontrado. Raj confiesa con toda honestidad y sinceridad que esta esperando el amor verdadero, un amor que sea el primero que sienta y que dure eternamente. Mientras espera a que llegue disfruta con prostitutas, que para eson son profesionales del sexo. Le gustaria que su novia fuera virgen pero sabe que en estos tiempos que corren eso esta dificil.

No sabemos mucho de los sijs, pero una de las pocas cosas que hemos averiguado es que no se cortan nunca el pelo y lo suelen llevar envuelto en un turbante, asi que le preguntamos a que se debe el que el lo lleve completamente rapado. Al parecer lo llevaba hasta la cintura pero ni se lo cuidaba ni lavaba asi que una humilde familia de piojos encontro alli una vasta y fertil tierra en la que levantar un imperio. Su exito fue enorme y pronto, a pesar de la enorme extension, llego la superpoblacion arrastrando consigo enfermedades e infecciones. El medico se dio dos opciones: lo cortas o lo lavas.

Nos embarcamos en conversaciones sobre religiones, islam, cristianismo, hinduismo, sijismo... y nos sorprende el amplio conocimiento que Raj tiene sobre todas ellas. Entre muchas cosas le preguntamos por que las vacas son sagradas para los hinduistas. Segun el, esto se debe a que son las monturas de los dioses, pero la verdad no esta clara ya que cada uno parece tener una version diferente. Diego, fascinado por el estatus sagrado de las vacas no puede contener su curiosidad y le pregunta:
-Puedes hablara con una vaca?
-Pero que dices chaval! Como te va entender una vaca!!
Moralaja: Sagradas si, pero mudas

Los colegas de Raj acaban uniondese con nosotros y comparten el humo de la espiritualidad. La musica sigue sonando, la cerveza y el ron se van acabando pero el encuentro australindiohispanoamericano tiene pilas para rato. De nuevo el silbato vuelve a quebrar el aire.
-Que demonios es ese silbido? (preguntamos a Raj)
-Es un vigilante nocturno, toca el silbato para que si hay alguien en la calle sepa donde esta y le pida ayuda si la necesita, y de paso tambien espanta a las malas personas. En definitiva, es un tipo que se pasa toda la noche dando por el culo con un silbato mientra el resto de la gente duerme y encima a final de mes le pagan un salario.

Fue bonito asomarse a la ventana de la juventud india, jovenes cualificados y con ideas de cambio, pero que quiza afortunadamente para ellos y desafortunadamente para la India todos o casi todos encontraran trabajo en paises lejanos (USA, UK, Australia), como ya lo hicieron muchos de sus compañeros, y dejaran que la India, para bien o para mal siga varada en las leyes del viejo mundo.