Domingo y encontramos un chiringo a orillas del mar con tejadillo, sillas, mesa y lo mas imprescindible de todo: bandera de Turquia. Una vez perfectamente instaldos llega la famlia Mohamed Dominguez con todo el equ.po: pelota, barbacoa, coj.nes, nevera, mantel a cuadros, bañador y perro. Pero no t.enen sitio, se lo hemos quitado. Se van a una piedra cercana y desde alli emp.ezan a enviar em.sar.os con uvas y croquetas para cortejarnos. Al f.nal nos tocan nuestro corazonc.to, acabamos rapido nuestro almuerzo, nos retıramos a otra p.edra y prem.o! Nos toca un plato generoso de pollo a la brasa. Habra que hacerle hueco. Preparamos te, leemos, escribimos, nos bañamos (no olvidemos que es domingo y hay que tomarselo con calma) y cuando queremos despedirnos no hay manera de rechazar el te y las pastas de la familia Dominguez. A punto de explotar pedaleamos no sin dificultad.
Hoy la suerte nos acompaña y a la hora de acampar encontramos un bosquecillo con una mesa de picnic tambien a orillas del mar. La familia Mustafa Dominguez lo ha visto antes pero se ofrece a compartir el preciado rincon. Son una familia feliz. El hijo y la hija (15 y 17 años) ponen a prueba su ingles sin miedos. Mustafa, el padre, pone musica en el radio-cassette del coche y la madre se anima a cantar y a bailar. Nosotros un poco cansados y todavia llenos comenzamos a preparar una ensalada que junto a unas olivas negras la pondremos sobre la mesa para compartir. Ellos no tardaran en poner su barbacoa: pollo y chorızo (de vaca, nada de cerdo).
Todos juntos compartimos la cena y cerveza del padre que una vez acabado el botellin se planta en medio del claro del bosque cual torero en medio del ruedo, pies juntos, saca pecho, y con todo su arte hace volar hacia atras el botellin. El ruido de cristales rotos cual clamor del publico le evita mirar hacia atras. Al tercer lanzamıento de montera-botellin la madre le llamo la atencion señalando la bolsa de basura (yo casi le lance un torero!!). El alcohol paso factura. Me dijo cinco veces que no me olvidara de apagar el fuego. Vale que tengo mala memorıa y no soy muy listo pero hombre que hasta ahi llego! Mis sospechas sobre su estado fueron confirmadas cuando se acerco hasta mi y, señalando la guindilla que picaba como un demonio e insistia en que me comiera, dijo: Sex no problem, good sex, sex no problem, good sex.
Nos despedimos con sonrisas y afortunadamente fue la madre quien condujo. Nos acostamos con el estomago lleno de comida de barbacoa por generosidad turca.
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